Ubicada en el noroeste argentino, la Quebrada de Humahuaca constituye uno de los espacios más atractivos de la provincia de Jujuy. Este estrecho valle extendido entre las altas cadenas montañosas, a más de 2000 metros de altura constituye uno de los territorios argentinos capaces de entrelazar belleza, riquezas arqueológicas, ancestrales tradiciones y un amplio bagaje cultural capaz de enamorar a cualquier turista.
Este singular valle ha constituido un escenario significativo para el desarrollo cultural de la región, contando con una amplia influencia continental a través de 10.000 años de historia.
La Quebrada de Humahuaca da cuenta de la intersección entre lo autóctono y lo regional, armonizando junto a sus paisajes y brindando una buena combinación a los sentidos del visitante. No en vano fueron las distinciones nacionales e internacionales que fue recibiendo la región. En 1993, la secretaría de Turismo de la Nación la declaró como región de interés nacional y en el año 2000 fue considerada como “Paisaje Protegido” por el gobierno provincial.
En el año 2003 recibe una de sus mayores distinciones al ser considerada por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad, reconociendo de este modo su encanto e importancia a nivel mundial.
Un poco de historia
Recorrida de norte a sur por el Río Grande, la Quebrada de Humahuaca constituye un paso de tránsito obligado para conectar al país con la Puna jujeña.
Tierra habitada originariamente por el pueblo omaguaca logra enlazar lo más íntimo de su cultura, valores, costumbres y religión.
En aymará, el término omaguaca se refiere al “Agua Sagrada” mientras que, en quechua, la palabra se encuentra vinculada a los conceptos de “cabeza” lugar sagrado.
Los omaguacas no sólo dominaban la Quebrada sino también los valles lindantes. Eran agricultores que manejaban avanzadas técnicas de riego artificial y el cultivo de terrazas. Desarrollaron la metalurgia, alfarería y la industria textil y un sistema de creencias que persiste aún en la actualidad.
Punto estratégico de tránsito en la región, la Quebrada de Humahuaca se presentó como vía de comunicación entre el Alto Perú y la región del Río de la Plata, siendo ruta de los colonizadores y posteriormente escenario de las guerras independentistas.
Esta destacada quebrada, posee una imponente historia observable no sólo en libros, sino también el arte rupestre que dejara su sello como evidencia del tránsito de sus habitantes a través del tiempo.
Algunas consideraciones sobre el clima
Si se va a visitar la Quebrada de Humahuaca, no se puede desconocer las características climáticas de la región.
Esta zona se caracteriza por un clima semidesértico, con escasas lluvias y una importante aridez. Se caracteriza por tener una amplitud térmica con días calurosos y heladas nocturnas. Durante el día se pueden encontrar elevadas temperaturas, mientras que, por las noches, ante el ocaso, el descenso de la temperatura es bastante prominente.
Los veranos suelen ser altamente cálidos y la influencia de los rayos ultravioletas se hace sentir, por lo cual se sugiere el uso de elementos protectores como gorras, sombreros y por qué no sombrillas. No obstante, al hablar de los inviernos, debemos señalar que las temperaturas descienden significativamente.
Fauna y flora
La Quebrada de Humahuaca presenta una muy rica biodiversidad.
Los camélidos son mamíferos característicos de la región, entre ellos podemos mencionar a la vicuña y a la llama, esta última ha sido domesticada por los pobladores, siendo fuente importante de provisión de carne, leche y lana así como de suma utilidad como animal de carga. También encontramos la presencia de zorros, cóndores, hurones, chinchillas. gatos andinos y águilas.
Si hablamos de la flora del lugar, la presencia de cardones (cactus típicos del lugar) se destaca en el terreno. Pequeños bosques de queñoa y churqui, pastizales, matorrales y molles, también forman parte del ecosistema.
Actividades sugeridas al visitar la región
- Realizar Circuitos turísticos de interés cultural y arqueológico
- Cabalgatas
- Avistaje de fauna y flora
- Trekking
- Montañismo
- Participar del Carnaval
Esta es una de las celebraciones más importantes y esperadas por los pobladores humahuaqueños, donde la cultura andina y la española se fusionan dando lugar a uno de los festejos populares más significativos en el país, el cual comienza 40 días antes de las celebraciones pascuales conmemoradas por el culto católico.
El carnaval tiene sus raíces en la festividad peruana denominada Kappa Inti Rami, la cual se iniciaba en el mes de diciembre y culmina con abundante bebida, cantos y danzas en el mes de marzo,
La celebración carnavalera tiene su inicio con el llamado “desentierro del diablo, Pujillay o Coludo” un muñeco de trapo enterrado en el final del último carnaval simbolizando el resurgimiento de toda posibilidad de desenfreno y pecado, conceptos vinculados a la figura demoníaca.
De este modo los deseos reprimidos de los participantes son habilitados a liberarse permitiéndose el desenfreno total, lejos del pudor y de los valores morales de la religión oficial.
Pueblos para visitar
Purmamarca
Se ubica entre las montañas multicolores cuyos estratos permiten visualizar el paso de las distintas eras geológicas constituyendo un gran atractivo para los visitantes. El nombre deriva del aymará y significa “Pueblo en el desierto” o ``Pueblo de la tierra virgen”.
Maimará
Es otro pueblo de la región que cuenta con mucha afluencia turística, principalmente en el mes de febrero debido a las celebraciones del Carnaval. No obstante, el gran atractivo de este lugar es el conjunto de montañas con diversos matices de colores, denominada la Paleta del Pintor.
Tilcara
Uno de los pueblos de mayor reconocimiento en la quebrada. Se destaca por las huellas arqueológicas que habitan el terreno y que le posibilitaron el mote de capital provincial arqueológica. En este pueblo podemos encontrar un gran atractivo como lo es el Pucará, fortaleza precolombina construida por los omaguacas, digna de ser visitada por los turistas.
Volcán
Pueblo en el que se inicia la Quebrada de Humahuaca. Lleva ese nombre debido a los derrumbes de lodo que frecuentemente se suscitan en la zona, semejantes al deslizamiento de lava volcánica. Es un poblado que se caracteriza por el silencio, y la calidez de sus habitantes.