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La Cueva de Las Manos

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La Cueva de Las Manos

Admiración y silencio mezclado con respeto. Como hoy una huella digital, son representaciones de individuos bien diferentes uno de otros y a la vez todos juntos cuentan vastas historias. Así nos hace sentir la Cueva de las Manos Argentina. Prestemos atención a tal hermosa mezcla de arte, leyenda e historia que recibe casi 10.000 visitas anuales y está abierto todo el año.

¿Dónde está la Cueva de las Manos?

Cueva de Las Manos. Ubicación

Se encuentra en la Provincia de Santa Cruz, integrante de la región patagónica; en el cañadón de 150 kilómetros de extensión del Río Pinturas en el extremo noroeste de la provincia de Santa Cruz, entre las localidades de Perito Moreno y Tres Lagos. A 47 km de la Ruta 40 del Paraje Bajo Caracol (ver Cueva de las manos mapa).

Por la misma Ruta al sur, aproximadamente a seis horas de trayecto, se encuentra otro destino que es uno de los lugares turísticos más buscado del país: EL Calafate

Cueva de las Manos. Cómo llegar

Una de las maneras de llegar a Cueva de las Manos Santa Cruz es utilizando el transporte de larga distancia. Hay gran cantidad de empresas que ponen a disposición colectivos y salen de diferentes puntos del país como por ejemplo de la Terminal de Ómnibus de Retiro, que cuenta además con sector de despacho de encomiendas y restaurantes.

También se puede viajar en avión hasta Comodoro Rivadavia y de allí, adquirir pasajes de compañías como Marga, que ofrece traslados desde y hacia Perito Moreno.

¿Quiénes pintaron la Cueva de las Manos?

Cueva de las Manos Historia

Rodeado de paredones rocosos, Cueva de las Manos fue declarado por la Unesco como sitio cultural de la humanidad por preservar testimonio de culturas, expresiones artísticas y tradiciones de civilizaciones sudamericanas.

Antiguamente en los territorios que rodeaban a la Cueva de las Manos Santa Cruz hubo una cultura nativa que mientras realizaba sus actividades cotidianas, concurrían a estas tierras en forma contínua y dejaban plasmado su arte, de 9.300 años hacia atrás, no vinculados en forma directa a rituales pero sí a las rutinas diarias.

La impresión de las manos cuenta historias individuales de la vida de los tehuelches y de sus antecesores pero también son huellas de linajes familiares, lo que implica que toda la familia estuvo comprometida en esa tarea.

Las investigaciones arqueológicas que comenzaron en la década de 1960, detectaron que eran pueblos cazadores y recolectores y está documentado que realizaban tareas domésticas. No solo hay imágenes de manos sino que se puede apreciar la evolución de este tipo de arte pues también hay dibujos de animales. El guanaco era alimento y abrigo, también cazaban huemules; es interesante ver también que plasmaron escenas de caza donde el cazador, los guanacos, lanzas y boleadoras bien definidos y en acción.

Artísticamente, a este tipo de técnica primitiva se la denomina “negativo” o estarcido, parecida a la técnica de la transferencia por moldes de esténcil. Este negativo, se podía realizar mojando con la pintura un pedazo de piel de guanaco, llenando la boca, o un elemento semejante a una cánula o soplete, de esa pintura para luego soplarla alrededor de la mano o elemento apoyado en la superficie de la pared o techo de la cueva, que tiene 24 metros de profundidad.  

Hay en otros puntos aledaños más sitios parecidos a la Cueva de las Manos Argentina, pero aquí, la preservación de las pinturas es especial porque están siempre ubicadas debajo de aleros de abrigos naturales. El ambiente seco, prácticamente sin humedad, y la estabilidad de la superficie en forma de rocas permite la conservación de las pinturas.  Los colores los formaban con los óxidos de hierro y demás minerales que hallaban en la zona o arlededores; luego de molerlos, los mezclaban con orina, sangre, agua y yeso.

Es una técnica que inspira a los docentes de hoy pues da rienda suelta a la creatividad para enseñar arte, por ejemplo, creando la cueva de las manos para niños.

Hay una predominante cantidad de impresiones de manos izquierdas, es decir, más de 800, hay una pintura de una mano con seis dedos. Se puede ver además, impresiones de patas de ñandúes y guanacos. También hay figuras humanas hechas con líneas y figuras geométricas en especial triángulos y espirales.

Leyenda de la Cueva de las Manos

El misterio es por qué, luego de prácticamente 8000 años de asentamiento humano, predomina la gran cantidad de pinturas de manos y no otra cosa.

Para llevar un orden, el lugar es un complejo de sitios, varios sitios alineados a lo largo del cañadón. En el sitio 2, por ejemplo, se aprecian las primeras historias, las cuales se distinguen por escalas monocromáticas, predominando la serie ocre. En ella, aparecen los primeros guanacos, algunos superpuestos por otras historias en otro color. Esos conjuntos tonales, que se siguen usando actualmente, en el ámbito arqueológico permiten distinguir y entender una simbología general en base a qué colores se utilizaron y por qué.

En otro sector dejaron marcas litográficas ligadas a los diferentes grupos asentados allí y sus cosmovisiones a cerca de la vida y la muerte y sus rituales. Aquí es donde la cueva de las manos leyenda su mística.

Un escritor enamorado por la contemplación de estas impresiones fue impulsado a escribir y le dio a la Cueva de las Manos significado suficiente para deleitarnos poéticamente. El relado describe a un joven que salvó a una princesa de ser aplastada por las rocas. La fuerza que hizo para sostener las moles pétreas produjo el sangrado de sus manos en forma indeleble; junto con las manos de los demás que acudieron a su auxilio y que estaban preparando tinturas para teñir sus vestiduras en el lugar.

Es también esta leyenda de la Cueva de las Manos para niños, ya que es una historia que remite directamente con sus pares y que es visitada durante todo el año por los menores de las escuelas de la zona.