A veces, cuando se habla de descansar en las vacaciones, se hace referencia a descansar la mente, a despegarse del trabajo y los problemas del día a día, a escapar momentáneamente de la vorágine de la cotidianidad. Pero esto no necesariamente significa dejar de lado aquello que despierta pasión y emoción, aquello que nos hace sentir que estamos insertos en una aventura como esas que creíamos que estaban sólo en nuestros libros y películas preferidas.
Si sos de las personas que quieren hacer de sus vacaciones un momento único y sos amante de la aventura, Junín de los Andes, en la Patagonia Argentina, tiene una alternativa perfecta para vos: el volcán Lanín.
Un volcán emblemático, rodeado de belleza
Desde hace muchos años atrás, el volcán Lanín ha sido considerado como uno de los picos más emblemáticos de la Patagonia Argentina y del país en general. Una de las características que ha dado lugar a ello tiene que ver con su forma. Esa forma de dibujo perfecto de volcán que no parece que fuera cierto. Por otro lado, lo ha puesto en ese lugar el hecho de ser una aventura a la que prácticamente cualquier persona puede acceder. Y claro, poder escalar un volcán de esa índole es uno de los más grandes atractivos turísticos de la zona.
En el corazón de la Provincia de Neuquén, la cumbre del famoso Lanín se ha convertido en uno de los atractivos de turismo aventura más populares, tanto para escaladores como para aficionados. Para las personas que tienen experiencia en montañismo, este volcán constituye uno de los mayores sueños. Por su parte, para quienes no la tienen, de todas maneras es un excelente atractivo turístico al que también pueden acceder.
Sobre el Lanín
El Lanín es el centro de atención de uno de los mayores parques nacionales de la Patagonia, como lo es el parque que lleva su propio nombre. No importa desde qué punto de esta inmensa reserva se intente buscarlo, el volcán resalta por sobre todo lo demás mostrando todo su esplendor u su forma perfecta. Pero su forma no es todo. Además, cuenta con un pequeño manto de nieve acumulada que lo cubre durante todo momento del año. Si bien este se acrecienta en los meses de invierno, en los meses de verano igual el Lanín nos muestra un decorado blanco que acaba de cerrar su maravilloso encanto.
Al igual que desde los diferentes puntos de la reserva natural, el volcán es fácilmente visible también desde su ciudad más cercana, que es la ciudad de Junín de los Andes, en Neuquén. Esta, se encuentra a unos 60 kilómetros de los pies del volcán.
Claro está que, aunque el paisaje en los alrededores del volcán es asombroso, lo que más llama la atención de miles de turistas cada año, especialmente de aquellos que adoran el montañismo, es su cima. Esta, está a 3,776 metros sobre el nivel del mar (msnm), siendo una gran tentación para los aventureros y los curiosos.
El acceso al volcán
Para aquel fanático turista de aventuras, la ciudad de Junín de los Andes prepara maneras de llegar a la cima de este volcán. Lo único necesario para poder subir a este gran pico patagónico es un buen estado físico y de salud. Esto tiene que ver con que, con guías especializados, el turista necesita la fuerza y la resistencia suficientes como para poder llevar consigo la carga de una mochila de 15 kilos. Se trata además de dos jornadas de trekking, pudiendo encontrarse en una de esas jornadas un día de subida de hasta 13 horas.
Una de las grandes ventajas que podemos encontrar en el gran atractivo turístico del Lanín, tiene que ver con que el desarrollo turístico que se ha efectuado sobre el mismo permite que puedan acceder a él personas sin experiencia alguna. Esto es porque, con la experiencia depositada necesariamente sobre los guías, una persona con un buen estado físico y con excelente predisposición puede llegar a cumplir este sueño.
En lo que refiere a la dificultad del trekking, éste ha sido categorizado como con dificulta de baja a media. Sin embargo, se aclara que es exigente en lo que respecta al nivel físico y a la resistencia.
Otra cosa que debemos destacar tiene que ver con que, una vez que se decide emprender esta aventura, la actividad comienza antes que la subida en sí. Esto tiene lugar en la charla del día previo acerca del equipamiento.
Si bien el propio trayecto concentra lo máximo de la adrenalina, esta comienza a crecer en la medida en que, al irse acercando al volcán en la mañana en que la expedición comienza, se empiezan a observar los bellísimos bosques, lagos, caminos y cerros que complementan la postal.
Hablando específicamente acerca del trekking en el Lanín, este tiende a ser lento, con descansos que oscilan alrededor de los 15 minutos por cada hora. Al mismo tiempo, hay un importante descanso una vez que se ha llegado a la zona de los refugios (ubicada a unos 2.300 msnm), lo cual ocurre tras las primeras 5 horas de la caminata.
Una vez llegados a los refugios, los guías recomiendan que se cene temprano para irse prontamente a dormir. Esto tiene que ver con que el recorrido hacia la cima suele iniciarse a la madrugada, cuando todavía no ha amanecido.
Una vez que se ha llegado a la cima, los turistas que han vivido esta experiencia sostienen que nada vuelve a verse de la misma manera. No sólo se experimenta la adrenalina de haber logrado llegar a la cima de un volcán de estas características sino que, además, el paisaje se ve embellecido más que nunca con la altura y la vista panorámica que rodea a los visitantes.
Entonces, si sos de las personas que eligen su lugar de vacaciones en función de poder vivir una experiencia sin igual y que quede para la historia, el volcán Lanín te está esperando.